Imagen del Blog

jueves, 14 de febrero de 2013

Interés General ≠ ax + b : Cuando el Interés General no encaja en la ecuación

Cuando ante cualquier situación uno cree que hay algo que no va bien, aunque no sepa explicar muy bien porqué, es muy probable que tenga razón, y seguramente le explotará con mayor intensidad en las manos cuánto más tiempo tarde en descubrir qué es ese algo.

Uno lee las noticias últimamente y siente como si estuviera releyendo Asesinato en el Orient Express de Aghata Christie, con la sorpresa de que todos los sospechosos son culpables. Y además seguimos ante el espectáculo bochornoso de aquellos que después de quemar el pasto siguen intentando sacar leche de la vaca que se murió de inanición.

Papeles apócrifos de la policía filtrados a la prensa sobre comisiones y cuentas en paraísos fiscales europeos del actual y anterior presidente de la Generalitat de Catalunya que, al parecer, sin base legal alguna tienen toda la pinta de haber sido fabricados expresamente para entorpecer la campaña electoral regional de un importante partido que ha osado emprender una deriva secesionista de nuestra España una. Y que conste que no tengo especial interés en defender a dicho partido.

Hemos visto entre rejas, por estafa y apropiación indebida, al último presidente de la mayor patronal española, ex-dueño de una importante línea aérea y de una conocida agencia de viajes. El actual vicepresidente de la misma patronal está siendo investigado por pagar en negro parte del sueldo de sus empleados, cuya empresa, por cierto es una de las grandes proveedoras de catering de los ministerios, Congreso, Moncloa y otros entes públicos.

El hilo interminable de la famosa trama Gürtel, que revela la existencia de un conglomerado de empresas que se nutría esencialmente de fondos públicos obtenidos de forma ilícita a través del tráfico de influencias y sobornos a funcionarios. Las investigaciones sobre este caso nos han permitido averiguar grandes “ladrillazos” en la Comunidad Valenciana, Madrid y Galicia, financiación irregular del mayor partido conservador del país, trajes de lujo sin recibo, eventos papales rodeados de grandes pecados terrenales, regalos de la talla de Louis Vuitton para las funcionarias más accesibles, un cuaderno de restas y sumas, periódicas y fechadas, del responsable de tesorería del PP con nombres y apellidos de sus compañeros de partido y de importantes empresas españolas, supuestos sobres de dinero en negro pagados a los más altos dirigentes del actual gobierno, alguno que incluso lo preside, un juez de renombre internacional apartado de la magistratura por investigar ese mismo caso, una ministra en funciones cuyo ex-marido, ex-alto cargo en su mismo partido, también está siendo investigado por cobros ilegales, una amnistía fiscal que parece haber sido hecha a medida para blanquear todo el dinero captado por toda esa mafia, el yerno del Rey que también parece haber hecho sus pinitos con la red a través de una fundación “sin ánimo de lucro” ni de trabajo. Ufff… Ni los mejores guionistas venezolanos para telenovelas podrían haber creado un argumento tan enredado.

Y detrás de todo eso hay millones, muchísimos millones de euros públicos, algunos ya encontrados en cuentas en Suiza y otros muchísimos aún por descubrir. Pero lo más preocupante no son esos millones que probablemente se han llevado esa supuestamente extensa red mafiosa. Esos millones solo son en concepto de comisión. Lo más importante son los ingentes millones, de los cuales se ha sustraído dicha comisión, que se han gastado en obras inútiles a lo largo y ancho de todo el país, que no han traído beneficio alguno a la comunidad. La única finalidad de esas obras era que fuesen voluminosas y de acuerdo con los intereses de grupos que pudiesen apropiarse de dinero público. Obras las cuales se han financiado por la Administración Pública con créditos en el mercado. Créditos que nosotros, el pueblo, tenemos que pagar durante varios años.

Hemos por fin descubierto el verdadero motivo de porqué estamos padeciendo una de las crisis más graves de la historia del país. Alguien decidió que todo ese dinero público debería ir para unas cosas y no otras, menos importantes según su criterio. Y ahora podemos responder a la pregunta de por qué disponemos de menos servicios sociales, buena educación o atención sanitaria.

El país que había superado la renta per capta de Italia, y que pronto superaría la francesa, se ha quedado a medio camino. Si alguien cree, después de todo esto, que el país se parece a una República bananera, debo decirle que no es verdad. Este país no es siquiera una República.

Y no lo es porque pudo recuperar a finales del siglo pasado derechos sucesorios tan poco democráticos de la Edad Media. Todo ello recogido en una extensa Carta Magna. Una Carta Magna que a mi entender no debería recoger mucho más que ciertos deberes fundamentales del estilo “No matarás”, “No robarás” o “Respetarás al prójimo”. Una Constitución tan extensa solo quiere decir que se quiere todo muy atado y bien atado. Y se crea un Tribunal especial exclusivamente para interpretar dicha Biblia, y que además no ha conocido aquello a que se suele llamar “la separación de poderes”. Y desgraciadamente el Poder Judicial tiene su independencia en entredicho porque algunos no lo parecen, aunque la gran mayoría de los jueces prueban día a día que quieren un Estado más justo y democrático. Cómo en parte del poder judicial, podemos encontrar inúmeros indicios de tráfico de influencias a nivel político que consiguen contaminar a las antiguas grandes empresas públicas, importantes medios de comunicación o incluso las cajas de ahorros. Se han multiplicado exponencialmente las puertas giratorias en que los políticos se trasvasan a los grandes grupos privados y viceversa. Han contaminado a toda la sociedad.

Aquellos que nos debían proteger, encargados de redactar las leyes que deben regir nuestras vidas, que nos han dado lecciones morales sobre por qué debemos resignarnos ante la fatalidad de lo inevitable, que nos han dicho que debemos claudicar porque no pueden hacer nada para evitar los cada vez más comunes suicidios de personas que no pueden pagar sus hipotecas, los que nos han dicho que no pasa nada, que ellos seguirán ahí, en sus cargos, esforzándose para que todo vuelva a ser como era, por su deber con nosotros, por nosotros, resulta que al final hemos descubierto que eran lobos y dormían en el gallinero.

Me pregunto cómo es posible que la deuda tributaria caduque a los pocos años y la deuda hipotecaria, así como la deuda soberana, sigan vigentes indefinidamente.

En realidad empieza a abominar el eco del “ji, ji, ji, ja, ja, ja” de listillos convencidos, y queriendo convencer a los demás, de que lo que hacen son simples travesuras o picaresca. Pero no son solo algunos poderosos los culpables exclusivos de todos los males. Los hemos aceptado durante muchos años tal como son y nos hacían gracia. Incluso queríamos ser como ellos. Incluso muchos, muchísimos les han imitado. Hoy veo un Porsche pasando por la calle y en lugar de apreciar la belleza de sus líneas me pregunto qué tipo de persona es el individuo que lo conduce para acceder a un coche como ese.

Lo más importante es descubrir que tienes un problema. Como los alcohólicos. Una vez lo reconoces es cuando podrás tratarlo con las medicinas adecuadas.

A pesar de todo siento esperanza. La corrupción está entre las primeras preocupaciones de los españoles según el Centro de Investigaciones Sociológicas y eso es una gran señal de que empezamos a ser críticos con lo que nos ocurre. Esforcémonos por resolver este problema y podremos finalmente empezar a resolver todos los demás problemas.

Propongo algunas medidas para empezar a solucionar el problema de la corrupción:

• Pediría la dimisión de todo el gobierno en bloque y de todos los dirigentes y altos cargos de los partidos políticos con representación parlamentaria, así como de todos los altos cargos políticos en instituciones públicas, y porqué no, en grandes instituciones privadas gestionadas o asesoradas por ex-políticos. Eso permitiría una verdadera regeneración democrática de todo el sistema aun a riesgo de crear una potencial inestabilidad.

• Nadie debe poder desempeñar un cargo político por más de 15 o 20 años y ningún mandato en el mismo puesto por más que dos legislaturas. Por lo que se acabaría la llamada carrera política.

• Todos los cargos políticos en instituciones y empresas públicas deben regirse por unas bandas salariales estipuladas por ley de acuerdo con la jerarquía de funciones y responsabilidades y en una proporción al salario medio del conjunto de trabajadores del país.

• Los partidos políticos y sus fundaciones no deben poder recibir más donaciones que un tope estipulado legalmente según unos criterios éticos y de justicia.

• Todos los políticos y sus familiares directos tendrán forzosamente sus cuentas auditadas por un organismo independiente oficial y sus rentas serán públicas.

• Debe existir un órgano de control de la sociedad civil que se encargue de controlar las cuentas públicas y las cuentas privadas de los políticos, que deba ser consultado con derecho a veto sobre todas las inversiones públicas de calado, las cuales deben cumplir con requisitos de interés y beneficios generales así como los criterios de coste y sostenibilidad de la deuda que los sustenta.

Todas las condenas de corrupción a cargos políticos deben tener un plus de gravedad respecto a otras acciones similares de ámbito privado, considerando que el alcance del daño afecta a un conjunto de individuos muy amplio, todos los contribuyentes y receptores de servicios públicos, que dificilmente se alcanzaría en otro tipo de funciones de carácter privado.

¿Os parece justo? ¿Me he quedado corto?

Creo que la mayor defensa que una sociedad puede tener es el derecho a decidir. Y no hablo de independencia solamente. Hablo de poder decidir sobre cualquier cosa que merezca la pena y que se crea necesaria para la justicia en una sociedad. Quisiera poder votar un referendum cada semana, aunque no fuese vinculante. Quisiera poder decidir sobre temas que mereciesen un referendum. Quisiera poder disponer de la educación suficiente y de tener al alcance una información veraz en los medios que me rodean para que pueda tener el sentido crítico suficiente para que mi voto sea coherente y justo. Quizás de esa forma sería mucho más difícil que la ley esté hecha solo para algunos.

¿Es pedir mucho?

Un gran saludo para Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, persona a quien admiro por su coraje, por su solidaridad y por hacernos seguir creyendo que hay esperanza.