Me pregunto cuantos inmigrantes en España están inscritos en el Censo Electoral.
Me pregunto cuántos han votado en las elecciones municipales de este país.
Me pregunto porqué los españoles residentes hace años, por ejemplo, en Argentina, pueden decidir, a través de su voto, sobre el destino de su alejado pueblo, o de su alejada Comunidad Autónoma, o de su alejado país, y porqué los residentes extranjeros en España hace varios años no lo pueden hacer sin pasar por un calvario de papeles, léase, nacionalizarse. 4 o 5 años de asentamiento en un lugar me parece tiempo suficiente para que cualquier ciudadano consagre sus derechos y deberes en él y los pierda en otro. Esto solo se consigue con acuerdos bilaterales entre Estados. Y para que sea una realidad es necesario un clamor popular que mueva a los varios Ministerios de Exteriores en ese sentido. Casi nada...
Si todos los inmigrantes, que han emprendido su camino en España, al igual que muchos españoles lo han hecho en el extranjero, y que están plenamente asentados, pudiesen y quisiesen votar, quizás los autóctonos les viesen entonces con la naturalidad con que se veen los iguales.
Abogaría por que la residencia dispusiera de un estatuto legal superior al de la naturalidad, especialmente en lo que concierne el derecho a voto. La realidad debería ser modificada por aquellos que la viven, más que por aquellos que la añoran. No haría falta entonces que los políticos españoles fuesen de campaña electoral en Ultramar.
Seguramente los discursos racistas de ciertos políticos se moderarían mucho si una importante porción de las personas que pertenecen a una sociedad, y a las cuales les podría afectar directamente sus políticas, pudiesen y quisiesen votar.
Hay aquellos que abogan por sociedades inmutables y que quieren constantemente revivir el pasado. Los de hoy ya no somos los de ayer. El futuro conjunto que vislumbramos inevitablemente va a ser diferente del pasado. Todos nos necesitamos mutuamente. España necesita inmigrantes o necesita que, los hasta ahora autóctonos, aumenten considerablemente su tasa de natalidad para que la consistencia de una piramide poblacional inversa no sea el prelúdio del desmantelamiento de lo que se ha podido generar hasta ahora del "Estado de Bienestar". Y no solo eso. Además necesita crear puestos de trabajo para toda la población joven que pretende captar y convertir así la pirámide futura en una algo más llevadera.
La agricultura asentó en su momento a las poblaciones. Lo queramos o no, parece que el futuro volverá a ser de los nómadas. Deberíamos propiciar la igualdad de derechos y deberes a los que pasen por aquí y deseen asentarse. Por su bien y por el de todos.
Barcelona
http://www.bcnantirumors.cat/page/rumors
http://www.bcnantirumors.cat/informat/els-immigrants-i-lestat-de-benestar
Badalona
http://youtu.be/j4yzK36IzHw
Bilbao
http://youtu.be/gCkZqkZ13vg
Vic
http://youtu.be/gBGNt479Euc
Madrid
http://youtu.be/NA9u5ZFpCZ4
Campañas
http://youtu.be/UmV2K_i8lxs
Relatos
http://youtu.be/EKnnzgM8xhk
Dificultades para escuchar su voz
http://www.legacom.es/spip.php?article2957
Opiniones
http://legalcity.es/?p=4298
Si hay obligaciones tiene que haber derechos, y esta claro que la baja natalidad de los autóctonos nos perjudicará, porque dentro de unos años, nuestra población será anciana y los emigrantes crean ese equilibrio entre generaciones, tienen más hijos, y de esa forma la balanza no se desestabilizará.
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